martes, 28 de abril de 2009

Escrito del texto corporal. (Abril 2009)

Escenografía: una silla roja con una camisa en el respaldo. Una cabeza de maniquí sobre la silla. Una máscara en la cabeza de maniquí, con la boca roja y el ceño fruncido. Una pelota.
Luz roja. Un cuerpo de maniquí en un costado.
( 17:40 hs.)
* * *
“Giros”

Esperan la silla y la pelota. La cabeza y la máscara sobre la silla. Luz roja que cae, y un cuerpo en la esquina.
La luz recibe a los cuerpos que van entrando, de a poco, y la tarde por la ventana espía y quiere empezar a girar. Pelota y manos, pies descalzos.
Un juego de a dos.
Otra vez, la cabeza contra el suelo. Los pies buscan, el rojo gira. Por un momento, la quietud. Y después volver a girar en busca de otras manos.
Movimientos que empiezan a surgir. Gritos y aplausos.
Perder la cabeza o mirar para otro lado.
Sacarse la ropa; una camisa encuentra una espalda.
Piques, giros y saltos en el aire. La música comienza a girar en los cuerpos.
¿Y el amor?
Otra pelota aparece desde algún lugar, y hay encuentro.
“Se puede desafinar” Menos mal. La luz roja parpadea y algunas manos se levantan hacia lo alto. Subir el volumen.
“El cuento todavía está circulando”
…Una furtiva lágrima…y el ritmo cambia. Y la silla también puede girar, y el rostro mira… ¿Hacia dónde?
Exploraciones en la lentitud, equilibrio de rojos sobre el aire. Ahora, los cuerpos giran por adentro. “¿Quién se puede enamorar así?” Ritmo acompasado, y en el centro una luz amarilla hace brotar sombras en el suelo, junto al lago azul de Ypacarai. Claroscuros del amor.
Un cuerpo acaricia la pelota, y otro baila con un muñeco amarillo… ¿Dónde estás ahora cuñataí? El bajo suena fuerte, intenso…”Yo quiero que me canten así…”
Un caballero de fina estampa me saca a bailar. Empiezan a llegar los personajes. Un tul blanco por el aire se contornea, y brotan capullos.
Gira el tiempo en el tren que forman los cuerpos. La pelota también viaja en el tren.
“Qué estará diciendo Horacio” Y más telas encuentran su lugar, y van apareciendo más personajes.
Baila el muñeco amarillo en los brazos de una mujer con valija. El aire ya está girando. La mujer con valija busca un lugar entre los almohadones. El tul blanco encuentra un lugar entre las manos. Muchos colores observan de cuclillas. Yo no buscaba a nadie y te vi. Un sombrero violeta me saluda a través de la ventana circular. La tela roja pasea mariposas sobre su cabeza, movimientos lentos para explorar un territorio. Brillos.
Máscara blanca y tela flotando tras la espalda. Un cuerpo busca el ritmo en la circularidad de las caderas. Los brazos estirados hacia el cielo y el naranja que cubre y descubre cómo agazaparse. Así es como se enamora tu corazón con el mío.
Pies blancos y negros, sombrero amarillo y ritmo en los dedos. Una máscara con tantos ojos, lleva en los brazos a otra mirada. La luna me está mirando, yo no sé lo que me ve. Coronarse reina, cuántos rostros en las manos…
La textura de una máscara marrón busca el viento. El sol vino de visita, mientras los colores tienen a la lluvia entre las manos. Una manta verde sobre los codos, y los hombros hacia abajo. La máscara de una mujer explora años en el espejo. Un león con las palmas abiertas. Lunares blancos sobre la espalda roja, y la cabeza con alas… ¿hacia dónde? Blancura que cubre y ojos rasgados, exploraciones tras el velo.
El maniquí recibe un manto naranja mientras la máscara verde observa…es caprichoso el azar. Las rayas cubren ahora un cuerpo inmóvil. Una cinta negra recorre los hombros y la espalda. Fue sin querer. La media luna mira lejos, y su espalda se encuentra con los ojos rasgados, y hay contacto…tanto tiempo esperándote, y fue sin querer.
Dos personajes acostados miran hacia arriba, cobijados por algunos arabescos. La pelota roja encontró hoy un rincón, o el rincón la encontró bajo las máscaras, y espera historias como giros.

Valeria

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