jueves, 20 de agosto de 2009

Palabras grupales (Agosto)

Apareció sin sorpresas: la transición, hoy en ese patio. La vi, me vi. Parecía mosca alrededor del dulce, el alma caliente en el cuerpo. Los poros de la piel se abren y dejan indefensos un cuerpo que huele a deseo; se descubre todo sin voces: reventar la penitencia de la ropa.
Dejar el reino de los cíclopes, el camino del ascenso. Su destino: tiemblo y deseo, alas tiernas.
Dolor anestesiado por tantos besos. Boca que esconde con tal precisión, con estrategia milimétrica esa historia de dolor; y tal vez en cada breve y terrible absorber simultáneo del aliento, busca casi sin saberlo esa instantánea muerte bella: soberana libertad ¿Las bocas son soberanas cuando besan? Se envuelven con la luz aterciopelada de sus auras.
Niños liberando juguetes al aire, con la mágica y ancestral cadencia de un sempiterno erotismo. Recomenzar.
El deseo abre la boca pero hay momentos en que la boca se revela. ¿Cómo hago para recomenzar, y así hacerla nacer cada vez que deseo?
Tiemblas junto a mí, ya se termina. El final inunda mi ser como un signo de despedida. Me rodea y se aleja, es el juego de la vida: tirabuzón hacia el infinito, una explosión de rubor, besos que vuelan, besos que salvan, besos que invitan y besos que hablan.
Tejer una historia de besos, con dos bocas y un mismo movimiento.

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