miércoles, 30 de septiembre de 2009

Escritos (septiembre)

torbellino!!!!
vueltas, ràfagas, encanto........
carrera interminable en busca....
tornado arrasador!!
Marìa Luisa gritaba èl...
como rescatarte??
temo por vos....
tornado arrasador.........
en busca de colores, en busca de sabores.........
torbellino sin igual
volando........ etèrea............
en busca de colores
en busca de sabores
en busca.........
tornado que duele, que lastima
busqueda sin frenesì.......
tendio la mano
tendio el alma......
carrera inexorable................. el tiempo y en busca.............
etèrea y con èl
él. salvador..........
él, rescatador............
tornados violentos
busqueda interminable......
tomados de la mano, camino al paraiso, anidando en nubes blancas.....
y volar con él...
y soñar con él.......
él, compañero
él, apoyo
él, amor............
tendio la mano, tendio el alma..........

silvia
* * *
El camino
La montaña y los vientos y la eternidad
me suelen dar la mejor imagen de mi andar
como el camino que anda y las estrellas que
acompañan, asi es mi tarde de invierno
cargada de briza calida. Dejo que penetre
tanto, tanto como pueda y me detengo
observo y sigo .....Es el caminante con rumbo
digno.
Karina
* * *
Volar volando, volar soñando


Volar volando
Volar soñando juntos
Volar soñando con tus ojos
Volar soñando con la dulzura de tu boca
Volar soñando con tus senos de magnolia
Volar volando junto al calor sensual de tu monte de venus.
Volar, volando. Volar, soñando.

Volar volando
Volar soñando al ritmo de un tango sensual
Volar rozándonos fugazmente
Volar soñando con tu cuerpo
Volar soñando nuestro deseo
Volar volando llevados por nuestra pasión.
Volar, volando.

Volar volando
Volar soñando sueños y utopías de colores brillantes
Volar saltando de nube en nube
Volar juntos riéndonos de la mirada incrédula
de quienes nos ven volar
Volar volando con nuestra imaginación.
Volar, volando.

Volar volando
Volar uniéndonos en un abrazo apasionado
Volar haciendo el amor mientras volamos.
Y ahora que no estás a mi lado...
Volando te recuerdo
y mientras seguís en mi recuerdo sigo volando.
Volar, volando. Volar, soñando.

Fernando
* * *

martes, 29 de septiembre de 2009

Palabras grupales (Septiembre)

Volar a lo Girondo. Jugar.
Me gusta que vueles. Encontrarte en el vuelo, vos sos tu propio encanto. Tu deseo, ponelo donde va. Tengo las alas listas.
Volar soñando. Volar rozándonos, soñando nuestro deseo, volar saltando de nube en nube haciendo el amor mientras soñamos: torbellino; carrera interminable en busca de colores, en busca de sabores. Inexorable, etérea, interminable camino al paraíso, anidando en él, en el amor.
Dame un beso que me llene de preguntas, que me haga dudar, porque ya tengo la certeza de la soledad. Más caras, mil caras. Pasos, susurros, miradas, disfrute, sufrimiento; un huracán de sentimientos en una tarde con un poco de sol. Una y otra máscara. Dos: una pluralidad, un universo. Fuga interna por estallar y ser, vuelo del alma.
Te construyo uno y otro amanecer, que sea en lo que será. Que sea el amor. Y en el pensamiento un sinfín, que sea el amor, con jirones negros y dorados. El amor volado, que sea en lo que será, no recuerdo dónde y cuándo, si camino o vuelo. No hablamos, no hace falta: miramos el horizonte, es sólo el comienzo. La autopista es infinita, amor.
¿De qué impregnará su hechizo? Acaso llevaba nubes y cielos en su vara, juego fatal en las pieles del vuelo, gama sin fin de prisas y lentitudes.
Siempre lo supe, confieso que he llorado. Soy una bestia que aprendió a ser humana. Mi cuerpo vomita tierra, y al fin me iré, tan sutil como sé que he llegado, volviendo al aire, como el camino. La mejor imagen de mi andar.

Escrito del texto corporal (Septiembre)

17:45 hs.
Avioncitos de papel sobre una mesa roja. Al lado, una silla.
En el centro del salón, un perchero con ropa.

* * *
“Hacia el más acá: vuelos internos”

Hay aviones sobre la mesa, esperando. Vamos de viaje: música festiva.
“Hace frío”.
Comienza el vuelo, juego de manos. ¿Qué es un palmípedo? Enseguida, los aviones buscan pista, y el cielo comienza a construirse. ¿Quién quiere subir? Los pies también buscan el aire, y las alas de papel se despliegan por el cielo y por el suelo:
vuelos de bautismo, una caricia: ya no hace frío.
Hay velos que comienzan a cubrir y descubrir espaldas. Pieles que despiertan, el papel vuela en el suelo. Trenes en el cielo (¿al revés?).
Despegar con el otro. Alegría. Descubrimiento. Encuentros en la inmensidad del aire, haciendo espacio con las manos. Ahora son los pies los que levantan vuelo y los avioncitos miran desde abajo. Los velos llegan, y los velos caen. Cubrirse y descubrirse, juego de sombras entre la luz roja y el atardecer de afuera. Ronda de alas, transitar el centro y descentrarse. Zambullirse en un mar de brazos que es el cielo por un rato, dejarse ir en el juego del encuentro.
Un centro se abre bajo la luz, y nacen puentes hacia el más acá. Transitar la periferia con manos aladas.
El ritmo se cadencia con movimientos lentos. Hombros que se inclinan, cabezas que giran. Explorar de cuclillas los rostros posibles que van llegando:
luna que brilla sobre blancos y negros, tules y colores en la cabeza; tules y brillos sobre la pollera. Hilos enredados en las manos ¿para salir de qué laberintos? Un rostro sobre los hombros, y los pies que abren camino. El sol deambula entre las sombras, dibujando tibios claroscuros…“piensa en mí”…
Un bote con dos remos transitando densidades. Antifaz blanco que interroga debajo del sombrero, un bastón entre las manos…“¿por qué volviste?”. Vuelos esperando ¿por qué no pueden despegar?
Lentamente, los hombros dibujan movimientos y las manos sostienen remos o bastones. Ya en el suelo, los dedos transitan un rostro.
Suenan cuerdas desde un rincón, el payaso está encontrando lugares en la calma, construyendo un refugio con sonidos mientras su corbata sonríe y la nariz lloriquea.
Transitar el aire desde los tules celestes del vestido ¿es necesario cubrirse para mirar a los ojos?
Hay diálogos hacia arriba y los aviones ya no importan cuando hay vuelos internos.
Trance de tules y de flores construyen un camino. Máscara verde y boca roja que llega detrás de las manos abiertas.
Reparar abrazos abrazando. ¿Cuál será el próximo vestido?
La música abraza lentamente los espacios, un bastón camina apurado, y desde lo alto alguien busca.
Despegarse del suelo.
Verdes y azules cubren los hombros y descubren la espalda ¿hacia dónde mira el antifaz?
En un rincón, alguien está cabeza abajo, las manos quieren despertar al rostro que duerme; golpean y acunan y sostienen.
Ritmo de lluvia, encontrar a otro. La tarde mira desde el fondo, y otros dedos siguen acariciando pieles.
“ …y que sea lo que sea…”

Vale

Texto del taller de Septiembre

No se me importa un pito que las mujeres... (Oliverio Girondo)

http://amediavoz.com/girondo.htm

No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

jueves, 20 de agosto de 2009

Julio nos cuenta...

Escritos (Agosto)

“El dolor es dulce”, anestesiado por tantos besos, besos sobre esa boca tierna, sensual, inocente, provocadora, que invita a la seducción, al juego, a lo misteriosamente desconocido.

Boca que esconde con tal precisión, con tal estrategia casi milimétrica, esa soledad profunda y fría, ese vacío oscuro y terrorífico, esa historia de dolor y desolación que esconde en su alma.

Y tal vez, en cada “breve y terrible absorber simultáneo del aliento”,
busca, casi sin saberlo, “esa instantánea muerte bella”.

Nidia
Taller Cuenta Cuentos
1/08/2009
* * *
ahiiii, ahiii, amor.....
escalofrios recorren mi cuerpo!!!
tiemblo y deseo......decia aquella princesa
el abismo se asomaba mientras los demás la aclamaban.....
el vértigo se apodero de ella
incapaz!!!! le decian por detras
su alma tan tierna y no poder desplegar sus alas............
amar!!! gritaba
donde estas amor de mi vida que no te puedo encontrar, repetia mientras bella y arrogante desplegaba sus pequeños bracillos saludando a la multitud........
verla tan de cerca..............
escalofrios rocorren mi cuerpo!!!!
solo queria amor!!!!
verlo sin mirarlo......
esa mezcla de fluidos con sabor a fruta maduras!!!
balanceandose en el péndulo...........
de un lado el abismo y del otro???solo buscaba el amor!!!
escalofrios recorrieron mi cuerpo!!!
solo buscaba su amor!!!
amor!!!
silvia
* * *
El viajero

Y finalmente hubo un día en que Shirap decidió dejar el mundo misterioso, el reino de los Cíclopes, para conocer aquel otro mundo desconocido para él. Ese que está sobre la superficie de la tierra, el mundo de los Humanos.

Cargó todas sus pertenencias espirituales en una saca que colgó sobre su hombro y emprendió el camino del ascenso.

Al principio se le veía un dejo de tristeza en su mirada; estaba dejando atrás en el hogar subterráneo a su amor. Pero sabía que ese era su destino, el legado de su tótem.

Al llegar a la tierra, vió que no estaba solo. Además de esos extraños seres llamados humanos, había otros espíritus como él que lo acompañaban en su peregrinar y le iban enseñando a ser humano, para que pudiera llevar una vida normal.

Pero Shirap no llegaba a ser del todo humano... algo le estaba faltando para alcanzar esa completud. Por cumplir el designio de su tótem, se había alejado de su esposa Sheila y de sus hijos. Y como él ya se había casi transformado en humano, no podía volver al mundo de los espíritus.

Hasta que un día se encontró en sueños con Kuma, la hechicera de su clan, quien le regaló una pulsera de cristal de roca que le develó el secreto sagrado. Y gracias al talismán, Shirap pudo dividir el tiempo y vivir simultáneamente en los dos mundos; en el mundo de los Cíclopes junto a su amada Sheila y sus hijos, y en el mundo de los humanos. Logrando además el poderoso talismán que entre los humanos Shirap, para no sufrir por su condición de espíritu, olvidase su otra vida entre los Cíclopes. Y ahí si alcanzó su completud.

Fernando

Palabras grupales (Agosto)

Apareció sin sorpresas: la transición, hoy en ese patio. La vi, me vi. Parecía mosca alrededor del dulce, el alma caliente en el cuerpo. Los poros de la piel se abren y dejan indefensos un cuerpo que huele a deseo; se descubre todo sin voces: reventar la penitencia de la ropa.
Dejar el reino de los cíclopes, el camino del ascenso. Su destino: tiemblo y deseo, alas tiernas.
Dolor anestesiado por tantos besos. Boca que esconde con tal precisión, con estrategia milimétrica esa historia de dolor; y tal vez en cada breve y terrible absorber simultáneo del aliento, busca casi sin saberlo esa instantánea muerte bella: soberana libertad ¿Las bocas son soberanas cuando besan? Se envuelven con la luz aterciopelada de sus auras.
Niños liberando juguetes al aire, con la mágica y ancestral cadencia de un sempiterno erotismo. Recomenzar.
El deseo abre la boca pero hay momentos en que la boca se revela. ¿Cómo hago para recomenzar, y así hacerla nacer cada vez que deseo?
Tiemblas junto a mí, ya se termina. El final inunda mi ser como un signo de despedida. Me rodea y se aleja, es el juego de la vida: tirabuzón hacia el infinito, una explosión de rubor, besos que vuelan, besos que salvan, besos que invitan y besos que hablan.
Tejer una historia de besos, con dos bocas y un mismo movimiento.